Cuando la distancia se acorta

Ya solo me quedan 2 días para volver a dormir en casa una temporada y olvidarme un poco de niñas mocosas que lloran por cualquier tontería y que me pegan sus virus. Supongo que lo peor de ser aupair son los niños. Ya tengo la maleta hecha, y como es normal en mí está hasta arriba y probablemente roce el peso máximo. Y apenas necesito llevar equipaje. Tengo todo lo que necesito en casa, pero no sé porque leches está tan a reventar. Hoy ha sido un día caca. Me he pasado el día limpiando y recogiendo la ropa que si no recojo yo, no recoje nadie. Y no me apetece encontrarme todo el montón ahi cuando vuelva el día 9 (porque el día 10, vuelvo a empezar mi curso de alemán) Lo bueno es que no he tenido más que media hora de contacto con la semilla del diablo. Envolvimos unos regalos para el cumple de una amiguita y la mamá se la llevó durante 3 o 4 horas, tiempo que aproveché para envolver algunas cosas y planchar la montaña de ropa. Espero poder volar, porque he tenido unos problemillas con la forma de pago y tal (mi hostmum pagó mi vuelo y debo presentar su tarjeta de credito para identificarme, cosa GILIPOLLAMENTE absurda, pero en fin) Ya está todo arreglado, y confío en que no den mucho por culo los Lufthansinos. El sábado pasado, tuve una conferencia familiar (si se le puede llamar así al hecho de que toda tu familia, desde primas a abuelo, griten como hooligans al verte por la webcam) y les dejé a todos un poco mosqueados al decirles que lo mismo no me dejaban volar...pero bueno, es que en ese momento tenía que contarselo a alguien. Y poco más...sigo con un dolor de muelas del copón, que ha degenerado en dolor de oidos mezclado con constipado que la pequeña mocosa me ha ofrecido generosamente. Por hoy me despido. Felices fiestas a mis lectores!!