martes, 20 de julio de 2010

Conexión

Nuevamente volví a recibir correo de mi familia augsburguesa.
Y es que, no os podéis hacer una idea de lo estresante que es no saber que se le pasa a aquella gente por la mente, si se habrán arrepentido, si todo seguirá según lo planeado...
Me demostraron ser gente con los pies en la tierra, calculadores, organizados y consecuentes...pero siempre queda esa espinita, cuando tu esperas algo con un ansia inhumana, mientras que para ellos es un trámite más.

Su au pair actual sigue hablando maravillas de ellos, y me gusta, porque mantener la misma opinión durante los casi 10 meses que ella lleva allí, debe ser algo bueno.

Es algo a lo que os animo que hagáis si estáis esperando para marcharos de au pair: hablad con la persona que haya estado alli antes. A esa persona no tendrás reparos en preguntarle tantas tonterías como se te ocurran, y que a lo mejor, a la familia os da apuro preguntar por miedo a que crean que eres un desastre y decidan seguir buscando (como me dijo a mi una familia british por preguntarles que porqué sus hijos gemelos iban a colegios distintos y si tendría que ir a recogerlos a la vez, porque efectivamente salían a la misma hora)

A lo mejor mi personalidad quasi-germánica me ha metido en este lío y en este tedioso tiempo de espera (es que soy muyyy previsora y contacté con mi familia por primera vez en noviembre jajaja),pero en el fondo estoy satisfecha de cómo he desarrollado las cosas y de como voy ultimando los preparativos.

Odio las prisas, y aunque durante la carrera haya aprendido a cogerlas cariño (maratones de estudio a ultima hora y tal), prefiero llevarlo todo atadito ,poder hacerlo todo a mi ritmo y tener tiempo para reaccionar cuando esos inconvenientes que nadie quiere y siempre aparecen deciden llamar a mi puerta a la hora de salir de camino al aeropuerto.




jueves, 15 de julio de 2010

Tiempo pasado y tiempo futuro

...y es que hace un año, por estas fechas, yo estaba en el ecuador de mi sueño canadiense. Y ahora estoy aquí, contanto los días para emprender una nueva aventura, que espero me depare cosas tan asombrosas como las que viví en Calgary.
Conocí gente fascinante, me enamoré de una cultura que aún siendo muy parecida a la nuestra tiene particularidades que para mí son la clave que aquí falta, respeto mutuo, multiculturalidad sin exclusión...

Por lo pronto, sigo con la idea de irme a vivir a Calgary, una de las mejores ciudades de Canadá (y no lo digo yo, eh? Es la m ás limpia de toooooda Norteamérica y una de las más ricas)
Quizás, cuando acabe mi año de au pair, pruebe suerte para ser au pair en Calgary, pero esta vez no buscaré salidas si no me sale a la primera...si no que seguiré intentándolo.
Creo que es más fácil conseguir un visado de au pair, que uno de trabajo...y después desde allí todo será más fácil de tramitar.


Ahora mi mente se centra en la vida que meteré en las maletas dentro de 50 días.
¿Conocéis esa sensación de querer llevaros de todo, por si "allí no hay"?
Hoy he decidido que si no hay, buscaré otra cosa que lo sustituya y llevaré únicamente lo esencial. Mi madre sigue sugiriendo ir de compras, porque "ay hija! como te vas a llevar esos calcetines, con la de bolitas que les salen!"...pero es que no me voy a Afganistán, y digo yo, que esa gente usará calcetines.
De hecho, ellos pusieron de moda las sandalias con los calcetines ;)

Así que poco a poco voy haciendo mis maletas virtuales en las que procuro no pasarme de los 30 kilos.
Como en Alemania empezará a hacer fresquete pronto, me temo que tendré que llevarme ropa de invierno, porque no tengo muy claro que vaya a volver en Navidades para poder llevarme otra tanda(que seguro que vuelvo.

En fin...dios proveerá :)